Fin de semana en Buenos Aires, en el Festival de la Luz.
Para nosotros, comenzó con Josef Koudelka y sus imágenes de la invasión soviética a Praga en 1968, el jueves de noche, siguió con visitas al Centro Cultural Borges y el Centro Cultural Recoleta, entre otros, y finalizó con Brassaï (Gyula Halasz), en el Museo Nacional de Bellas Artes, el sábado, donde se presentaban cuatro series de sus fotografías: «Noche en Paris», «Picasso», «Surrealistas» y «Graffittis».
Para Argentina comenzó en 1989 con la organización de «Encuentro Abierto» que consistía en la instalación de espacios de intercambio y exposiciones anuales de fotografía. Cuando fue tomando dimensiones mayores se convirtió en una bienal y, desde 1998, integra el «Festival de la Luz» que consiste en la coordinación de 25 festivales de fotografía artística de todo el mundo.
Basado en la temática de las migraciones, esta vez tomó el nombre «Identidades en tránsito». Además de su calidad artística, el festival pone al descubierto múltiples formas de ver múltiples realidades. Y si la recorremos con atención, también podemos observar cómo esas realidades miran al fotógrafo. No es un galimatías. Es el proceso que se desencadena con un simple clic.
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